Fresas salvajes, una delicia y además con muchas propiedades
depurativas
La planta representa un gran remedio natural y su uso está
en algún lugar entre la mesa de los postres y la medicina, pero también puede
causar reacciones alérgicas graves. Los pequeños puntos amarillos que cubren la
fruta (las semillas de la misma) son los que dan a la planta su poder
terapéutico.
La inmensa fama de las fresas salvajes debido a sus
facultades médicas tiene comienzo en la antigüedad, cuando los romanos las
consumían para purificarse y por sus cualidades refrescantes. Aunque son un
tanto complicadas para cultivar, la hierba representa un excelente remedio en
tratamientos naturales, sin dejar de lado su especial y delicioso sabor.
Si no existe ninguna reacción alérgica evidente, la fresa
puede ser utilizada en el tratamiento de enfermedades de la piel tales como el
acné, la dermatitis, y la psoriasis, ya que acelera los procesos de curación.
El tratamiento tiene un efecto secundario positivo de desintoxicación del
cuerpo, ya que las fresas ayudan a eliminar toxinas a través de tres vías
diferentes: la orina, el sudor y las heces.
Un buen zumo preparado de fresas puede ser recomendado para
el tratamiento de trastornos hepáticos como la hepatitis (crónica o aguda) y la
cirrosis. Lo ideal es beber el jugo con el estómago vacío unas 3 veces al día;
así, se estimula la actividad del hígado y la renovación de las células
hepáticas.
Condiciones como la diabetes, gota y niveles altos de
colesterol pueden ser prevenidos también con el jugo de fresa, y los resultados
son aún mejores si esto viene acompañado por una dieta vegetariana.
Lo mejor de esta fruta maravillosa es la facilidad con la
cual puede ser consumida debido a su excelente sabor. Si es incluida dentro de
postres, sus propiedades terapéuticas pueden ser mantenidas y se puede disfrutar,
al mismo tiempo, de un delicioso manjar.
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