¿Alguna vez te has puesto a pensar la relación que existe
entre tus emociones y el dolor físico?
Nuestro cuerpo es una expresión gráfica de nuestro estado
físico, emocional y mental. Revela las experiencias pasadas, presentes así como
sentimientos no expresados.
Existe una relación muy importante entre músculo – emoción.
Imagina las emociones, todas las que sientes (rabia, dolor, alegría, ansiedad,
calma…) como un carro, y como todo carro tienen un motor. Al sentir una emoción
ya sea positiva o negativa enciendes ese motor. Incluso cuando tratas de
reprimir u ocultar esas emociones, no hay nada que hacer el motor se puso a
andar y habrá una activación muscular-micro momentánea.
¿Nunca han sentido como se tensa su cuerpo involuntariamente
cuando están muy molestas o por el contrario se relaja cuando estás feliz? Pasa
porque en nuestro cerebro la corteza cingulada anterior (la parte que se
encarga de procesar las emociones) se encuentra justo al lado del área
premotora (la parte responsable del control y ejecución de las funciones
motoras voluntarias). Estas dos partes de nuestro cerebro se conectan y ocurre un proceso de expresión emocional en el
cuerpo.
Todas las emociones tienen un motor. Incluso si tratamos de ocultar
nuestros sentimientos, habrá activación muscular-micro momentánea. La corteza
cingulada anterior se encuentra justo al lado del área premotora, que se inicia
el proceso de formación de una expresión emocional en el cuerpo. El área
premotora se conecta a la corteza motora por encima de ella, y luego de vuelta
a los músculos específicos de expresión. La relación entre las emociones y el
dolor físico es un ejemplo más de como el cuerpo es una extensión de nuestra
alma.
¿Entonces que pasa cuándo se expresan o liberan
correctamente las emociones?
LIBERAR es una palabra clave en la experiencia humana. El
cuerpo está diseñado para liberar, a través del sudor, orina, lágrimas,
mucosas… Nuestro cuerpo constantemente está expresándose y liberando lo que no
necesita. En la medicina alternativa la causa de todas las enfermedades
responde a la acumulación de toxinas en el cuerpo (porque saturamos nuestra
capacidad de limpiarnos).
Sin embargo, no es tarea del cuerpo liberar nuestras
emociones y cuando no lo hacemos estas pueden ser tan tóxicas como una coca-cola.
El dilema moderno está en que no nos enseñaron cómo lidiar con nuestras
emociones, por el contrario, nos enseñaron a reprimirlas.
Cuando la emoción no se expresa correctamente, esta migra a
áreas específicas del cuerpo. Esa energía emocional bloqueada se manifiesta en
forma de dolor.
Si estamos experimentando dolor específico y vamos al médico
nos darán la explicación científica de ese dolor. Es cierto que muchos de esos
dolores son el resultado de algo que hicimos físicamente o de algo que comimos
etc. Pero muchas veces responde a nuestro estado de ánimo y nuestras emociones.
Somos energía y esto va más allá de un concepto de
espiritualidad y new age. En nuestro cuerpo hay un flujo eléctrico que viaja a
través de nuestros puntos meridianos, para estar sanos física y emocionalmente
ese flujo energético debe recorrer libremente todo nuestro cuerpo.
Las emociones atrapadas o atascadas son, literalmente, bolas
de energía, que vibran a diferentes frecuencias dependiendo la emoción, por
ejemplo, la ira es una vibración diferente a la tristeza o inseguridad. Esos atascamientos impiden que
nuestra energía fluya. Si no podemos liberar esa energía/emoción creamos
desbalance ahí es cuando se producen los dolores.
Heidi Dupree dice que “la aparición repentina de dolor y
presión no son indicativos de una lesión, sino de la presencia de emociones
reprimidas”. La próxima vez que estés experimentando un dolor y no hayas
sufrido algún golpe, piensa que sentimientos has estado reprimiendo.
Las emociones activan diferentes zonas del cuerpo, por
ejemplo, un estudio reveló que las personas en relaciones inestables son más
propensas a sufrir de problemas cardiovasculares que aquellas personas en
relaciones estables. El mismo estudio también señaló que las personas que han sido heridas
sentimentalmente con frecuencia, tienden a estar encorvados, lo cual es una
postura muscular para proteger el corazón.
El dolor y las enfermedades son siempre señales que nos da
nuestro cuerpo, muchas una gripe es la manera que tiene nuestro cuerpo para
decirnos: ¡hey bájales dos! Esos dolorcitos que estás sintiendo son también
señales que te da cuerpo para decirte: ¡hey aún no has sanado esa herida
emocional!”. Lee la infografía y ve qué áreas del cuerpo se asocian a cuales
emociones, recuerda también que quizás ese dolor repentino en el cuello puede
no tener un causa emocional oculta, quizás simplemente necesitas cambiar de
almohada.
Lo importante aquí es que siempre escuches a tu cuerpo. Toma
un momento para estar presente, así entenderás que te está queriendo decir y
podrás comprender la relación entre las emociones y el dolor físico.
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