Vivir a plenitud y con bienestar no es un asunto sencillo en estas épocas donde todo transcurre en medio de prisa y muchas actividades por realizar. Sin embargo los especialistas señalan que tenemos al alcance de nuestras manos lo esencial para vivir con salud y felicidad por mucho tiempo.
Los cuatro pilares de nuestra vida están resumidos por la palabra SNAP la forman las siglas de las palabras inglesas Sleep, Nutrition, Activity y People, que significan: sueño, alimentación, actividad y gente.
Nuestra forma de vida puede ser abrumadora debido a las presiones que sufrimos provenientes del trabajo, la familia, el bombardeo de la información, los problemas de dinero y las preocupaciones sobre la política, la economía, la sociedad y el medio ambiente.
Los cuatro componentes de este programa son conocidos en general y forman parte del conjunto de medidas de autoayuda que se recomiendan para mejorar y mantener la salud física y psicológica.
1. Sueño: suficiente y reconstruyente
Dormir y descansar bien es uno de los secretos para mantener un mejor cerebro, un rostro más joven y una vida más larga, para conseguir una rutina regular de sueño, debemos tomar infusiones calmantes de hierbas, practicar técnicas de relajación y meditación y dormir en una habitación oscura y fresca, en la que haya sonidos calmantes o no haya ningún ruido en absoluto.
Conseguir un buen sueño, respetando el ritmo circadiano, ayuda a mantenerse alerta durante el día, lo cual aumenta nuestra productividad, nuestro buen estado de ánimo y seguridad y ayuda a reducir los accidentes causados por la somnolencia.
2.-Alimentación: Ingredientes del buen ánimo
Se recomienda comer con horarios regulares y reducir al mínimo el consumo de sustancias que alteran el estado de ánimo, como la nicotina, la cafeína y el alcohol, que también interfieren con el sueño de buena calidad.
Los suplementos alimenticios de las vitaminas B y D, y los ácidos grasos Omega 3, también ayudan al buen funcionamiento del cerebro. Los Omega 3 se encuentran de forma natural en los pescados de agua fría como el salmón, la caballa, las sardinas y el bacalao, así como en el lino, las semillas de ‘chia’, y algunos huevos.
También el bacalao, el salmón y el atún son buenas fuentes de vitamina D, al igual que los productos lácteos y zumos enriquecidos con este nutriente esencial para los procesos metabólicos.
La vitamina B está presente en los huevos, la levadura, las vísceras, los cereales integrales, las legumbres y las carnes de cerdo, ternera y pollo.
Debemos incluir regularmente en la dieta los productos lácteos, porque contienen L-triptófano, un aminoácido que ayuda a mejorar el estado de ánimo, ya que es un ingrediente de la serotonina, cuya deficiencia está relacionada con la depresión.
3.-Actividad física: Con regularidad y moderación
El movimiento físico de todo tipo y el ejercicio regular ayudan a mantener la mente aguda, a dormir mejor y a que el cerebro segregue endorfinas, unas sustancias hormonales que nos producen una sensación placentera.
Realizar la actividad, deporte o gimnasia elegidos, al aire libre, mejora los beneficios de ese ejercicio, ya que nos expone al aire fresco y a la luz del sol, que influyen positivamente en el estado de ánimo.
El nivel de actividad no tiene porqué ser extremo, aunque es vital que el ejercicio se practique de forma habitual y esté integrado en la vida de la persona. Ya sea caminar, correr, nadar, jugar al tenis o hacer escalada o senderismo, el hecho de seguir un programa regular de actividad física mantiene el cuerpo y la mente en buena forma, para que sean capaces de absorber los impactos del estrés diario.
4.-Gente: Una red que nos sostiene y estimula
El simple hecho de reírnos de forma natural y compartida, no sólo hace que nos sintamos bien en este mismo instante, sino que genera un efecto beneficioso sobre el ánimo que dura varias horas e incluso se mantiene durante días.
Basta con permanecer cerca de la gente, aunque sean extraños, para que nos sintamos mucho mejor que estando aislados dentro de nuestros propios “caparazones domésticos”.
El contacto con otras personas, no sólo nos anima cuando estamos felices, sino que nos hace sentirnos apoyados por otros, cuando sentimos que no podemos hacer frente a una situación de estrés o cuando recibimos un golpe, o atravesamos una curva difícil en este viaje que es la vida.
Es importante disponer de un hombro donde llorar o un oído que nos escuche evita que caigamos en la desesperación, la depresión o la ansiedad, y estar conectados a otras personas nos ayuda a tener los pies sobre la tierra y a no descarrilar en el día a día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario